Qué difícil es dar con el color de un alma. A veces ni siquiera conoces la tuya propia ¿cómo vas a saber el de una ajena? Pues sucede. Las horas de risas, discusiones, paseos, charlas, besos, abrazos, silencios, caricias, más risas… nos conducen a poder dar nuestros propios colores e incluso, crear nuevos juntos. En […]
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